¿Cada cuánto SE BAÑA A UN GATO? 🐱

gato recibiendo un baño con agua

Imagino que ya te habrás dado cuenta, pero el agua y los gatos no son buenos amigos. Intentar bañar a tu gato es una tarea... vamos a decir, complicada. No se sabe a ciencia cierta la razón por la que odian el agua, pero está claro que no es su elemento favorito. La duda que seguramente te vendrá a la cabeza es ¿cada cuánto debería bañar a mi gato? Quizás le estés bañando muy a menudo, o puede que incluso te estés quedando corto. Para resolver estas dudas, te he preparado este artículo con toda la información necesaria sobre el baño de los gatos. Así podrás bañar a tu gato únicamente las veces que sea realmente necesario. Seguro que tus brazos lo agradecerán.

La respuesta a esta pregunta es muy fácil de recordar. No deberías bañar nunca a tu gato, tal y como lo oyes. No es necesario duchar a tu felino. Puede sorprenderte, pero lo cierto es que tu gato no lo necesita. Piensa que tu felino es realmente bueno limpiándose, por lo que ya se encargará de mantenerse limpio él solito. Su lengua está especialmente diseñada para mantener su pelaje en perfectas condiciones. Gracias a sus papilas en forma de púas, es capaz de eliminar los restos de suciedad. Pero no solo eso, también utilizan los lamidos para distribuir la grasa natural que genera su pelo. Esta grasa es la que hidrata el pelo y lo mantiene sano, brillante y con sus propiedades naturales intactas. El problema que aparece cuando lavas repetidamente el pelo de tu gato es que alteras la producción natural de grasa. Por eso es mejor que se la regule él solito.

Bien, seguramente ahora te estarás preguntando de qué te voy a hablar durante todo lo que queda de artículo. Lo cierto es que sí hay ocasiones concretas en las que deberías bañar a tu gato. Y son las que te voy a mostrar en el siguiente apartado. Si tu felino se encuentra dentro de una de estas 5 situaciones, tendrás que dedicar tiempo a bañarle. En algunas de ellas será necesario solo un baño puntual, pero en otras tendrás que hacerlo de forma recurrente.

  1. Los gatitos recién adoptados, especialmente los que vienen de la calle, deberían pasar por un baño inicial. El gato puede tener polvo, suciedad e incluso pulgas, por lo que el baño en estos casos debería ser obligatorio.
  2. Los gatos que alcanzan una edad avanzada suelen sentir molestias al realizar ciertos movimientos. Algunas partes de su cuerpo son fáciles de limpiar, pero en otras necesitarán ponerse en ciertas posturas que no siempre podrán realizar. Los dolores aparecen a causa de la artritis que desarrollan algunos felinos a estas edades. Si tu gato es ya anciano, agradecerá que le ayudes con su higiene.
  3. Hay que evitar que los gatos engorden en exceso, ya que podrán desarrollar algunos problemas de salud. Pero si tu gato ya está en este punto, es probable que su sobrepeso le impida limpiarse con normalidad. Al tener un exceso de peso, les costará girarse y habrá zonas de su cuerpo que no lleguen a alcanzar. Además, esto producirá la formación de nudos, por lo que deberás cepillarlo también de forma regular.
  4. Hay momentos puntuales en los que tu gato necesitará un buen baño. Si le dejas salir a la calle y viene lleno de suciedad, no estará de más que le des un baño para ayudarle a mantenerse limpio. Cuando el gato es 100% casero, será más difícil que se manche, pero si se da el caso, no dudes en darle un baño rápido para quitar el exceso de suciedad.
  5. Efectivamente, las razas sin pelo necesitan que se las bañe. De hecho, deberás hacerlo un par de veces al mes. La raza sin pelo más famosa es el gato esfinge, pero también existen las razas de gato elfo, petervald, koana, bambino, lefkoi ucraniano y el gato donskoi. Al carecer de pelo, nos encontramos en una situación totalmente diferente que con los gatos comunes. Y aquí sí que tendrás que bañarle aunque no esté sucio.

Todos los gatos necesitan unos cuidados mínimos de higiene, independientemente de lo que acabamos de ver en el apartado anterior. Estos cuidados básicos se pueden resumir en tres puntos.

  1. Limpiarles las orejas. Los gatos no son capaces de limpiar en el interior de sus orejas, por lo que tendrás que ayudarle en este punto.
  2. Cortarles las uñas. Los gatos de interior apenas desgastan sus uñas, por lo que deberás cortárselas cada cierto tiempo.
  3. Cepillarles regularmente. Esto es especialmente importante si tiene el pelo largo, así evitarás la formación de nudos. Estos nudos son una molestia para tu felino, ya que le dolerá cada vez que se lama en esta zona

Para evitar que tu gato se resista a los cuidados de higiene, tendrás que intentar incorporar estas rutinas desde que es un cachorro. Es más fácil que se acostumbre cuando aún tiene unos pocos meses de edad. Si lo haces, podrás convertir los momentos de higiene en un rato en el que disfrutará de tu compañía. Para ayudarte a conseguir esto, deberás reservarle algunos premios sólo para estos momentos. Busca una comida que le guste y dáselo cuando termines los cuidados. Así el recuerdo que le quede será el de un rico alimento. Un punto en el que se suele fallar es la elección del lugar. Normalmente tendemos a realizar todos estos cuidados de higiene en un lugar en el que nosotros estamos cómodos. Lo que tienes que hacer es intentar que sea tu gato el que se encuentre más cómodo. En lugar de cogerlo en brazos, intenta ser tú quien se siente en el suelo a su lado. Si tiene un lugar en el que se relaja especialmente, aprovéchalo en tu favor. Realiza los cuidados en ese lugar. Así tendrá un mayor nivel de relajación. Por último, te aconsejo que pidas siempre la ayuda de otra persona. Hacer todo esto entre dos es mucho más fácil. Si es posible, hazlo con algún amigo o familiar. Te ahorrarás mucho tiempo y esfuerzo. Ahora lo que te pido que hagas es compartir este artículo en tus redes sociales, esto nos ayudará y también ayudará a otros amantes de los gatos. Nos vemos en un próximo artículo.

Soy Sonia Monteagudo, una veterinaria apasionada y comprometida con el bienestar de los animales. Desde que era niña, siempre he sentido una gran conexión con los animales y supe que quería trabajar con ellos. Después de graduarme en la facultad de veterinaria, he trabajado incansablemente para ayudar a las mascotas y animales salvajes de todas las edades y tamaños. Tengo una amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, cirugía y cuidado preventivo, y me dedico a educar a los dueños de mascotas sobre la importancia de mantener una buena salud y nutrición para sus animales.

En mi tiempo libre, disfruto paseando con mis propios perros y también me dedico a trabajar en proyectos de voluntariado para ayudar a los animales necesitados. Me enorgullece ser una profesional amable, comprometida y con gran experiencia, y siempre me esfuerzo por brindar la mejor atención posible a cada animal que llega a mi consulta. Me encanta mi trabajo y no podría imaginarme haciendo otra cosa. Ver a un animal sano y feliz es la mejor recompensa que puedo recibir.

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